sábado, 5 de noviembre de 2011

Adiós.

Hace dos años que quieres salir de este lugar. Hace un año y medio que nos conocemos y cada seis meses me lo decías, aunque llegó un punto que eso dejó de preocuparme porque veía que no abandonarías todo esto con tanta facilidad. Sabía que pasaría algún día pero no imaginaba que de una forma tan repentina. De todas formas yo seguiría aquí cuando volvieras. Las cosas han cambiado su rumbo y resulta que nos vamos los dos. Para mi eso no es bueno, en cierto modo. No estaré aquí esperándote ni podré alegrarme cuando digas “vengo a haceros una visita”. Talvez esto es nuestro final. Muchas veces he pensado que nuestra relación había llegado a su fin pero de una forma u otra todo se arreglaba y volvía a ser como antes o al menos parecido. Creo que en este caso no será así. Ahora tú seguirás tu camino y yo tendré que hacer el mío. Posiblemente te centrarás, conocerás a una chica preciosa que te hará ver la vida de otra manera, serás feliz. Eso es lo que quiero para ti, que seas feliz, nada más. Da igual si fracasas en tus ilusiones, mientras no renuncies a enseñar tu bonita sonrisa el resto me da igual. Quizás esto me vendrá bien, a lo mejor consigo sacarte de mi vida, pero hay una cosa que quiero que sepas: podré sacarte de mi vida, pero nunca de mi corazón, una parte de él se va contigo a Barcelona, haz lo que quieras con él, es tuyo, siempre lo ha sido. No lo olvides nunca, es el único y último favor que te pido. Siempre serás mi pequeño feo, siempre. Te quiero.

No hay comentarios:

¿Qué te ha parecido el blog?