Vamos a jugar a un juego. Un juego en el que lo nuestro es un cuento con final feliz, uno de esos de príncipes y princesas. Vamos a jugar a que lo nuestro es indestructible, a que no tenemos final, a que lo que empezamos aquel día de frío invierno aún dura. Vamos a jugar a que no hemos cambiado, que la amistad es lo único que nos queda porque el resto se fue como si fuera aire. Quiero pensar que mis deseos no son solo sueños. Y no dejo de pensar en que anoche estuvimos juntos durante horas sin dejar de mirarnos bajo la lluvia y me acariciabas con cariño, pero justo en mitad de un beso sonó el despertador. Eran las 7 de la mañana y tenía que ir a clase. Solo fue un sueño. Sabes lo eterno que se me hace el día? Paso cada minuto esperando a que se vuelva a hacer de noche para dormirme y volver a verte, aunque solo seas producto de mi imaginación. Te echo tanto de menos… pero he prometido que voy a dejar de repetir esas 5 malditas palabras. Porque aquí empieza mi juego. Voy a jugar a que soy feliz!
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