sábado, 5 de noviembre de 2011

Enero de dos mil seis

No pasa ni un solo día sin que me acuerde de ti, de tu risa, de tu olor. Siempre has estado ahí, en lo bueno y en lo malo, dándome consejos, abrazándome siempre que lo necesitaba. Y pensar que ya han pasado cuatro años desde que te fuiste… aún hay veces que no me lo creo, que pienso que no puede ser posible que ya no estés aquí conmigo, que todo es una horrible pesadilla y algún día me despertaré y tú vendrás a darme los buenos días. Pero cuatro años de pesadilla es mucho tiempo. Creo que esto es la vida real y todo ha pasado de verdad.

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