sábado, 5 de noviembre de 2011

Mi sol.

Es como si siempre fuera invierno. Nadie tiene ganas de salir a la calle cuando hay un día oscuro. Pero de repente aparece el sol entre las nubes. Ilumina las calles, la gente, todo. Tú eres ese sol dentro de mí, el que todo el mundo tiene pero que la mayoría no encuentra. Yo lo he hecho, te he encontrado. La razón de mi existencia, el latir de mi corazón, el oxígeno de mis pulmones, la sangre que corre por mis venas, el movimiento de mi cuerpo. La pasión, la fuerza, la esperanza, la ilusión, la perseverancia. Sólo dime cómo te has colado debajo de mi piel, cómo te has apoderado de mis sentimientos. Es frustrante. Todo mi mundo te pertenece en su totalidad, cada rincón, cada deseo, cada sueño. Mi vida entera es tuya, yo… no la quiero sin ti. Está demasiado vacía si tú no estás. Necesito dosis de ti, soy completamente adicta a tu calor. Podría decirse que soy una drogadicta, pero de una droga sana llamada mi sol. Tú. Quiero tomar el sol.

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