Dos años.

El año pasado por estas fechas hice un texto y, como es lógico, este año no será menos. Talvez, si mis sentimientos hubieran cambiado, no estaría aquí escribiendo esto como una tonta por segundo año consecutivo, pero lamentablemente, aquí me tienes. Y si, he vuelto a contar cuantos días han pasado, setecientos treinta y uno exactamente. Sé que soy muy joven para estar así por ti, pero no es algo que pueda evitar ni elegir. Hace dos años estarías abrazándome con tanto cariño que daba miedo pero mira como cambian las cosas. Dicen que la distancia hace el olvido, pues conmigo no ha funcionado esto tampoco, se me agotan las ideas para pasar página, que ya va siendo hora. Hay una canción que dice… nos conocimos en enero, me olvidaste en febrero. Como es normal me recuerda a ti, porque tú tardaste un mes en olvidarme. Es un poco irónico que tardes un mes en olvidar a una persona que querías, eso suponiendo que tus sentimientos fueran verdad. Me quedé con ganas de hacer tantas cosas contigo, esas cosas tan simples como ir a tomar el sol en verano, que precisamente por lo simples que son pueden volverse increíblemente especiales. Me hubiera gustado pasar mas tiempo contigo y dejar las discusiones atrás de una vez por todas pero parece que eso es imposible por esa historia de los leones de la manada, ya sabes, que siempre chocan. También hay que decir que hemos tenido nuestros buenos momentos, grandes risas al menos por mi parte y alguna por la tuya, las largas conversaciones y esos ratos que nadie conoce. Alguna canción especial. Algún abrazo especial. Algún beso especial. Alguna mirada especial. Esa sensación de estar volando, de no tener los pies en el suelo, eso es lo que siento yo cuando estoy contigo, y la ostia que me doy cuando te vas. La cuestión es que ha habido cosas muy buenas y otras tremendamente malas pero a pesar de todo yo no te olvido ni creo que lo haga por el momento. No me avergüenzo de volver a decírtelo, te quiero.